Los sensores ópticos inalámbricos permiten realizar una monitorización de movimientos sin contacto. Esto es útil, por ejemplo, para grandes portadores de carga con un peso elevado, donde otros sensores estarían sujetos a un desgaste excesivo, o para portadores de carga muy pequeños con un peso propio demasiado bajo para sensores mecánicos.
Los sensores ópticos utilizan reflexiones ópticas para detectar automáticamente el estado actual de la aplicación, como por ejemplo los portadores de carga en el estante. El rango de detección por encima del sensor de radio es de hasta 40 mm para colores comunes. Si el sensor detecta un cambio, notifica automáticamente al sistema de control y, por lo tanto, permite la demanda de material totalmente automática.
Dado que la detección tiene lugar sin contacto, ni el objeto de destino ni el sensor se dañan. En combinación con una batería de larga duración, esto garantiza una operación exenta de mantenimiento y largos tiempos de funcionamiento. La duración de la batería en una aplicación eKanban, por ejemplo, es de varios años.